miércoles, 30 de diciembre de 2015

Te has preguntado ¿Qué fue lo mejor y lo peor de este 2015?

Es tan común que al llegar los últimos días del año que está por terminar, nos invada el sentimentalismo y por qué no, cuestionarnos, en el mejor de los casos, qué hicimos bien y qué no tan bien en el año que está por terminar.

¿Cumpliste todos los propósitos que te hiciste el año anterior?
¿Hiciste la dieta?
¿Bajaste de peso?
¿Perdonaste?
¿Cerraste ciclos?
¿Hiciste algo aventurado?
¿Te levantaste temprano?
¿Llegaste a tiempo?

¿Fuiste mejor persona que el año anterior?

Espero que al menos a la última pregunta todos hayan dicho que si!

Si algo he aprendido a mis cortas 30 primaveras, es que la finalidad de cada día que vivimos, de cada año que pasa y de cada cosa que hacemos, nos haga mejor de lo que fuimos hace un segundo, hace un día, hace un mes, hace un año... Simplemente que seamos mejores.

¿Qué me dejó este 2015?

¡Con agrado puedo decir que muchas cosas maravillosas!

Fue un año de muchos aprendizajes (todos decimos eso), de mucho crecimiento, de viajes, de llegadas, de madurez...

Llegó Parker a mi vida, mi perrito hermoso que ha hecho de cada uno de mis días algo más entretenido, divertido y especial. Es lindo saber que al llegar a casa alguien estará muy emocionado de verte cruzar. El amor que te brindan los perritos es incondicional!

Fue un año de muchos viajes, al menos más de lo normal. Creo que viajar es de las cosas más maravillosas que hay en esta vida. Te permite conocer, cultivarte y tener temas de qué hablar.

Mucho trabajo, tanto que me mantuvo con la cabeza ocupada todo el año. Dirían por ahí, que con tanto trabajo ni tiempo para tener malos pensamientos.

¡Cumplí un año de mi total independencia! No es tan fácil como parece, pero creo que lo he hecho bien. Salvo por una vez que se inundó la cocina, todo lo demás ha salido de maravilla. Ya se hacer mejor el super, aprendí a cocinar cosas deliciosas y lo más importante, tengo mi hogar!

Me tocó ser la villana de una relación. Dicen que en esta vida te toca ser de todo. Esta vez me tocó romper las ilusiones de alguien más. Qué difícil situación. No está nada lindo, creánmelo, y seguramente si siguiera pensando primero en los demás antes que en mí, seguro seguiría en una relación en la que no me sentía plena. Mi aprendizaje... Me di cuenta que no necesitas estar con alguien para sentirte "completa". Hoy más nunca valoro mi soltería, el tiempo que puedo pasar conmigo, hacer las cosas que me gustan, en el momento que quiera.

Tengo 30 años, y como dice el famoso cliché "Y toda una vida por delante", en su momento llegará esa persona que como diría Summer...
      Sólo desperté un día y lo sabía
      - ¿Saber qué?
      Aquello de lo que nunca estuve segura contigo

Aprendí que llorar no está mal, es necesario para desahogar al corazón. Y llorar no siempre significa que estás triste, también se llora de alegría y de agradecimiento. Y como bien dicen "Las lágrimas sirven para limpiar el alma".

¿Qué más me dejó este 2015?

Me ha demostrado de mil y un maneras que estoy VIVA!. Que estamos en esta vida para hacer y deshacer, que si te equivocas no pasa nada, corriges lo que hay que corregir y sigues adelante.

Que hiciste algo bien, no te quedes enfrascado con ese éxito, porque también pasará y vendrán más.

Que te rompieron el corazón, no pasa nada, reune las fuerzas necesarias para rearmarlo y seguir adelante, aprendiste a querer y te recuerda que estas viva. La próxima vez no te dejes ir "como gorda en tobogán" y aprende a hacer "mejor casting".

Que te aventuraste en algo y al final salió mal, no pasa nada, perdiste el miedo a intentarlo y eso es más que ganancia.

Que lo que haces o no haces, que lo que dices o no dices y demás cosas no van acorde a la "sociedad" o que están "bien" o "mal", que te valga madres lo que digan los demás, lo que te haga sentir bien a ti es más que suficiente. Aprendí que bien y mal son solo palabras que se usan a conveniencia.

Hay tantas cosas por las que estar agradecido y ser feliz, que lo demás de a poco se irá acomodando


¡Feliz Año Nuevo!




   

viernes, 6 de noviembre de 2015

Aprendí...

APRENDÍ A QUERERTE
No como la gente cuenta, con rosas y caramelos, si no ahí donde tus miedos se asomaron y mostraste tu debilidad.
Aquella vez primera que tus ojos se hicieron lluviosos y tristes, donde buscaste un abrazo y te refugiaste en mi pecho con una sensibilidad asombrosa.
APRENDÍ A ACEPTARTE
No como se espera, no como quisiera.
Supe hacerlo cuando entendí tu libertad, tus ganas de comerte el mundo a mordidas y tu deseo de ser simplemente tú. Sin ataduras, sin poses, sino con la simple convicción de que así eras feliz.
APRENDÍ A ENTENDERTE
No con la melodía más bella, pero si con aquella que emana de tu corazón, que te hace bailar por las noches sin razón alguna, que te hacen remojar el pan en el café saboreandolo hasta ensuciar tus manos, que de pronto te convierte en locura y estallas en risas, llanto, conversaciones infinitas y ronquidos por la noche.
APRENDÍ A AMARTE
No como las grandes películas y cuentos de hadas, si no con una eterna y profunda realidad, con tus defectos e inseguridades, con todo aquello que se pinta de rosa por temor a ser descubierto, con esa oscuridad tuya tan llena de luz.
Aprendí entonces que las historias que vale la pena contar, son como la nuestra.
Donde lo dulce de nuestras vidas llegó, después de saborear lo amargo de nuestras experiencias y entonces lo convertimos en el manjar mas exquisito.
~ Kok Ugha

miércoles, 21 de octubre de 2015

Un amor sano es...

ADMIRAR a tu pareja, pero no una admiración superflua o banal, es una reverencia a su alma, un agradecimiento natural por su existencia.
RESPETAR su esencia, dejar que su personalidad salga a flote, no limitar sus virtudes, hacerle sentir en confianza con cada gesto, con cada palabra, porque la mejor expresión del ser, es precisamente ser él mismo.
COMPARTIR su espacio, gustar de sus actividades sin interferir en ellas, valorar sus momentos de soledad y reconocer que en cada una de estos crece como persona.
MOTIVAR, incentivar y procurar su desarrollo, personal, espiritual y material. Saber que de la mano la cima es más fácil de alcanzar. Conocer la recompensa de una estabilidad mutua.
DAR CARIÑO, dar un abrazo cuando es necesario, jugar con sus cabellos después de hacer el amor, sonreír cada mañana, decirle la importancia de su bella existencia.
CONOCER el placer terrenal y celestial y ofrecerlo sin tabúes, sin miedos, sin límites. Disfrutar su sensualidad y sexualidad, tener la convicción de poder invitar a Dios y al Demonio a cenar en una sola noche y por el resto de sus vidas.
COMPARTIR sus diferencias e incomodidades, saber que el diálogo es el mejor método para desarmar y resolver un conflicto. Así como reestructurar las promesas y reforzar las metas.
RENOVAR cada día su relación, co – crear la diversión, estar conscientes de que la monotonía y la rutina existen y no precisan encontrarla, sonreír y divertirse por todo y por nada.
SER FIELES a su corazón y a sus ideales, no prometerse amor eterno pues saben que aun en la distancia y eternidad se seguirán amando con la misma intensidad.
DECIR SIN MIEDO: “Te quiero”, “Te Amo”, “Te necesito” “Te extraño” “Te Deseo”… En una noche de copas, en un cielo estrellado, en la cima de la montaña, en una tarde lluviosa, en una caricia, en una palabra, en una mirada, en un beso.

Kok-Uhga

martes, 6 de octubre de 2015

Tan fácil de leer, tan complicado de hacer...

No es más fuerte quien más soporta, sino quien es más capaz de “soltar”

Si no te trae alegría a tu vida… SUELTA
Si no te ilumina ni te construye… SUELTA
Si permanece, pero no crece… SUELTA
Si te procura seguridad y así te evita el esfuerzo de desarrollarte… SUELTA
Si no brinda reconocimiento a tus talentos… SUELTA
Si no acaricia tu ser… SUELTA
Si no impulsa tu despegue… SUELTA
Si dice, pero no hace… SUELTA
Si no hay un lugar en su vida para ti… SUELTA
Si intenta cambiarte… SUELTA
Si se impone el `yo´… SUELTA
Si son más los desencuentros que los encuentros… SUELTA
Si simplemente no suma a tu vida… SUELTA
SUÉLTATE…la caída será mucho menos dolorosa que el dolor de mantenerte aferrado a lo que pudo ser pero no es.