Muchas de
nosotras, las Féminas (Féminas como solía decir la maestra de Semiótica)
crecemos con la idea de algún día conocer a nuestro “Príncipe Azul”.
Idea que nos ha
sido infundada gracias a toda la gama de películas de princesas de Disney.
Pero como quiera
que sea, creo que finalmente se está escribiendo mi cuento de princesas.
Creo que ya he
platicado de lo mucho que quiero a mi novio y lo feliz que me siento con mi
príncipe azul, pero a qué se debe tanta felicidad si a veces parecemos dos
gotas, una de agua y otra de aceite?
Lo conocí de la
forma más extraña que se puede conocer a alguien, a veces, y solo a veces, de
verdad creo que el destino hizo que nos encontráramos.
Yo estaba
saliendo con una persona y solíamos ir con frecuencia a casa de su primo. Y fue
ahí donde lo conocí.
Mi príncipe azul
es el mejor amigo del primo del chico con el que salía, y en un par de
ocasiones lo vi por alguna reunión a la que asistimos. Él se encontraba en una
relación, una relación muuuuy larga de casi 8 años. Yo apenas llevaba un par de
meses de salir con el chico en cuestión.
Hicimos un viaje
con el primo y su novia, la hermana del primo, el chico, mi príncipe y yo. La ex
novia del príncipe nos alcanzó un día por la tarde y solo estuvo la tarde y
después se fue. Fuimos un fin de semana a Tepoztlán, y presiento que las cosas
cambiaron ahí.
Para no hacer tan
larga esta historia, tuve la oportunidad de conocer mejor a mi príncipe,
platicar con él y la verdad me cayó muy bien. Aún pienso en lo mismo y según mi
percepción fue solo caernos bien, mi príncipe dice que el notó algo raro a
partir de esa fecha, yo creo que alucinó :D.
A raíz de eso, la
comunicación con el se incrementó, las platicas por MSN se convirtieron en
frecuentes y largas, lo cual comenzaba a agradarme mucho. Para este
entonces, el chico en cuestión y yo
habíamos dejado de salir, pues al parecer el traía toda una historia
sentimental que no había concluido y desconozco su final.
Como decía, mi
príncipe y yo comenzamos a formar una estrecha relación, que por increíble que parezca,
se convirtió en una muy bonita amistad. Amistad que los dos nos hemos propuesto
continuar pase lo que pase.
Y sin darnos
cuenta, las cosas habían cambiado y entre los dos se despertó un sentimiento
que iba más allá de la amistad.
El terminó con su relación de muchos años, y
terminó no porque yo haya tenido algo que ver, quizá si, quizá yo era la pieza
necesaria para que las cosas terminaran finalmente, pues ya tenían mucho tiempo
que en lugar de crecer juntos parecía que su único fin era el dañarse. Esas son
muchas de las tantas preguntas para las que solo Dios y la vida tienen respuesta.
Pero como decía…
así empezó, el sueño de conocer al príncipe azul se hizo realidad. Comenzamos a
salir sin compromiso, simplemente por el hecho de salir y disfrutar el pasarla
bien. Platicar por horas, literalmente horas que parecían segundos, empezar a
conocernos así tal cual somos, sin esa máscara que solemos fabricar cuando
estamos conociendo a alguien y tenemos en esa persona un interés.
Así pasamos días,
hasta que llegó nuestro primer beso! Casi un mes después de salir, finalmente
sucedió! Y aunque él diga que fui yo quien lo besó primero, ambos lo deseábamos
y cuando deseas algo con todo tu corazón, el universo conspira para que tu
deseo se vuelva realidad.
La relación
empezó, todo a su tiempo, todo en el tiempo que tenía que ser, fue un comienzo
perfecto, sin prisas, paso a paso. Seis meses después me pidió que fuera su
novia. Son recuerdos que jamás podrás borrar, jamás olvidaré que esa noche
estaba segura que terminaría todo, pues me llevó a cenar con una cara tan seria
y diciendo que tenía algo importante que decir y que quizá las cosas no volverían
a ser igual…
Fuimos a cenar a
Non solo pasta, mi lugar favorito por lo delicioso de las pastas y después por
ser la antesala de una historia que cada vez más estrecha y apasionada.
Me dijo: “Quieres
pedir algo de tomar?, quizá un vino?. Y no olvidaré que le respondí: Tan grave
es lo que me vas a decir que necesito tomar algo para que no me caiga de sopetón
lo que me vas a decir?
Pedimos el vino
de la casa, un vino africano delicioso. Y así sin más me dijo que me quería
mucho y sabía lo importante que esto era para mí. Que pese a que el no cree en
las etiquetas sino en lo que se da y se demuestra, me quería pedir formalmente
que fuera su novia! SU NOVIA, que bonito se escuchaba y como de cuento de hadas y de la nada, apareció un ramo de
rosas hermosas, las rosas más hermosas que hasta entonces hayan visto mis ojos.
Y si, en ese
momento me enamoré más!
Hoy llevamos
juntos 795 días, que se traducen en dos años dos meses y 7 días. Y hoy me siento
feliz, soy feliz a su lado.
Tampoco diré que
todo ha sido miel sobre hojuelas, porque ni en las telenovelas sucede eso.
Hemos tenido buenos y malos momentos, tan malos que por un momento pasó por
nuestras cabezas dar por finiquitada la transacción.
Y pese a ello,
seguimos juntos, aprendiendo cada día el uno del otro, aprendiendo a conocernos
cada vez mejor, aprendiendo a crecer y a construir en pareja.
Hemos pasado por
lágrimas, tristezas, angustias, alegrías, aventuras, tantas cosas…
Y me siento muy
afortunada de saber que estoy junto a un gran hombre y sé que soy una gran
mujer para él.
Y no sé si esta
historia llegue a final feliz, es más desearía que no pues así no tendría que
llegar a final. Pero si el día de mañana la vida nos lleva a tomar caminos
distintos, me sentiré satisfecha por dejarme amar, amar tanto y con toda el
alma. Me sentiré contenta conmigo misma de haberme dado la oportunidad de intentarlo,
de aprender a conocerme a mí misma en pareja.
Me sentiré feliz
por haber dicho y por qué no?
Hoy me siento
dichosa, amada, feliz. Feliz porque tengo con quien compartir lo malo y lo
bueno de la vida, las aventuras, las tristezas, los fracasos y los éxitos. Me siento
completa en toda la extensión de la palabra.
Hoy se que no
estoy enamorada, siento amor por alguien que siente amor por mí, un amor que es
mejor y va mas allá de cualquier lindo cuento de princesas. Simplemente es
real!