No sé si es algo “normal”
pero a mí me pasa con frecuencia.
Cuando leo un
libro, me lleno de interrogantes y me cuestiono sobre muchas cosas. ¿Qué es
correcto? ¿Qué no es correcto? ¿Correcto para quien o según que estándares algo
es correcto o no? ¿Las cosas que hacemos las hacemos bien? ¿Bien para quien o
según qué o quién algo es bueno o malo?
Crecimos bajos ciertos
estándares o patrones que nos “pone” la sociedad sobre lo que está bien o mal.
“Dado que todo lo
que está en el Libro de la Ley tiene que ser verdad, cualquier cosa que ponga
en tela de juicio lo que creemos nos hace sentir inseguros. Aunque el Libro de
la Ley esté equivocado, hace que nos sintamos
seguros.
Nuestras acciones
se basan en cumplir esos estándares o patrones que nos dicta la sociedad y
cando algo no está en sintonía con ese patrón, entonces nuestras acciones o
actitudes se tachan de incorrectas.
Quizá es una
manera confortable de “saber” qué hacemos bien y qué hacemos mal.
El “problema”
viene cuando empezamos a cuestionarnos a nosotros sobre estos estándares y la
pregunta del millón viene a mi cabeza: ¿bueno o malo según quien?
Creo que en ese
momento que empezamos a cuestionar es cuando realmente despertamos a la vida,
cuando dejamos de tras mascaras y jaretas, disfraces que usábamos para estar en
sintonía con la sociedad.
Quizá te tachen
de loco o inadaptado, pero que importa cuando descubres que hay algo mucho más
allá de lo “normal”. Que hay mucho por descubrir y autodescubir.
Pero sobre todo,
que te agrada lo que estas conociendo, porque estas empezando a ser tu,
libremente tu!
Hoy me encuentro en ese desucubrimiento y me siento bien, dejando pesos atrás, caminando más libre y con traquilidad.
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