lunes, 2 de diciembre de 2013

En la diversidad está la perfección

Amar tiene que ver con la decisión de dejar entrar al otro, con bajar mis defensas, con abandonar mi desconfianza, con animarme a salir de mis ideas rígidas en su honor y ponerme en actitud de ver cómo es, cómo se mueve y cómo piensa, sin intentar que piense como yo o que haga lo que yo pienso, tiene que ver con no intentar forzarme a ser como yo creo que a él le gustaría.

Para llegar a eso hay que atravesar los prejuicios que nos impiden el amor. Y uno de esos prejuicios es nuestra definición cultural de pareja.

El amor empieza cuando descubro al otro. Ya no es una idea de lo que debería ser, es alguien nuevo que me sorprende con su originalidad.

Allí comienza el amor, con la sorpresa, con el descubrimiento, mientras que si trato de encajar al otro en mis viejas ideas, no pasa nada.

Abrirse al amor es abrirse a lo nuevo… amar es abrirse a lo real.
Cuando estás en el presente, sin brincar al futuro, el milagro sucede. Estar en el momento presente es el milagro.

Amar, es como bailar tango

“El abrazo es contención no estrujamiento, tomen el error como posibilidad, si no le doy el espacio el se lo va a tomar, mi pareja está allí para mostrarme como soy, el encuentro es diálogo, no imposición, el diálogo es escuchar al otro, no suponer, el abrazo es dar espacio no atrapar, el tango es dialogar, dialogar, dialogar…”


El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar a otro para que sea quien es. Mucho más allá de que esa autenticidad sea o no de mi conveniencia. Mucho más allá de que, siendo quien eres, me elijas o no a mí, para continuar juntos el camino.

Aprendizajes

Alguna vez escuche las palabras más lindas de un amigo que estaba próximo a casarse.

“Ella tiene un anillo de compromiso, puede presumir que está comprometida y todos pueden verlo, yo me quiero casar con ella y poder presumir de igual manera que estoy casado, que tengo un anillo, presumir que me casé con la mujer que amo”

Ojalá algún día alguien pueda decir lo mismo por mí.

Creo que hemos sobre estimado las relaciones amorosas, el noviazgo, el matrimonio, la vida en pareja.

Cuando llegas a una relación donde las expectativas por el otro son mayores en comparación con la realidad, las probabilidades de que funcione son pocas, porque uno dará lo que tiene y el otro siempre estará esperando más y más y más y cuando lo que espera nunca llega, llega la frustración y con ello el final.

Pero qué pasa cuando el que espera demasiado se da cuenta de su error y que lo que tiene en esa relación es lo más maravilloso y real que pudiera tener, el pequeño porcentaje de probabilidad de que esa relación funcionara se puede reactivar?

Creo que en el trayecto de la vida se cometen muchos errores, algunos muy graves, otros no tantos, pero cuyo objetivo es que aprendas algo, porque de todo error siempre llega un aprendizaje y si no lo vez, entonces el error no habrá valido la pena.


Hoy te pido perdón por no haberme dado cuenta antes, lastimé una buena relación, se que no puedo regresar el tiempo y aunque pudiera, no lo haría, de lo contrario no me daría cuenta de lo que tengo en frente y estoy alejando de mi vida, te quiero, ojalá no sea demasiado tarde.