lunes, 2 de diciembre de 2013

Aprendizajes

Alguna vez escuche las palabras más lindas de un amigo que estaba próximo a casarse.

“Ella tiene un anillo de compromiso, puede presumir que está comprometida y todos pueden verlo, yo me quiero casar con ella y poder presumir de igual manera que estoy casado, que tengo un anillo, presumir que me casé con la mujer que amo”

Ojalá algún día alguien pueda decir lo mismo por mí.

Creo que hemos sobre estimado las relaciones amorosas, el noviazgo, el matrimonio, la vida en pareja.

Cuando llegas a una relación donde las expectativas por el otro son mayores en comparación con la realidad, las probabilidades de que funcione son pocas, porque uno dará lo que tiene y el otro siempre estará esperando más y más y más y cuando lo que espera nunca llega, llega la frustración y con ello el final.

Pero qué pasa cuando el que espera demasiado se da cuenta de su error y que lo que tiene en esa relación es lo más maravilloso y real que pudiera tener, el pequeño porcentaje de probabilidad de que esa relación funcionara se puede reactivar?

Creo que en el trayecto de la vida se cometen muchos errores, algunos muy graves, otros no tantos, pero cuyo objetivo es que aprendas algo, porque de todo error siempre llega un aprendizaje y si no lo vez, entonces el error no habrá valido la pena.


Hoy te pido perdón por no haberme dado cuenta antes, lastimé una buena relación, se que no puedo regresar el tiempo y aunque pudiera, no lo haría, de lo contrario no me daría cuenta de lo que tengo en frente y estoy alejando de mi vida, te quiero, ojalá no sea demasiado tarde.

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