viernes, 19 de abril de 2013

¿Y cuándo decidimos ser libres?


No sé si es algo “normal” pero a mí me pasa con frecuencia.

Cuando leo un libro, me lleno de interrogantes y me cuestiono sobre muchas cosas. ¿Qué es correcto? ¿Qué no es correcto? ¿Correcto para quien o según que estándares algo es correcto o no? ¿Las cosas que hacemos las hacemos bien? ¿Bien para quien o según qué o quién algo es bueno o malo?

Crecimos bajos ciertos estándares o patrones que nos “pone” la sociedad sobre lo que está bien o mal.

“Dado que todo lo que está en el Libro de la Ley tiene que ser verdad, cualquier cosa que ponga en tela de juicio lo que creemos nos hace sentir inseguros. Aunque el Libro de la Ley esté equivocado, hace que nos sintamos seguros.

Nuestras acciones se basan en cumplir esos estándares o patrones que nos dicta la sociedad y cando algo no está en sintonía con ese patrón, entonces nuestras acciones o actitudes se tachan de incorrectas.

Quizá es una manera confortable de “saber” qué hacemos bien y qué hacemos mal.

El “problema” viene cuando empezamos a cuestionarnos a nosotros sobre estos estándares y la pregunta del millón viene a mi cabeza: ¿bueno o malo según quien?

Creo que en ese momento que empezamos a cuestionar es cuando realmente despertamos a la vida, cuando dejamos de tras mascaras y jaretas, disfraces que usábamos para estar en sintonía con la sociedad.

Quizá te tachen de loco o inadaptado, pero que importa cuando descubres que hay algo mucho más allá de lo “normal”. Que hay mucho por descubrir y autodescubir.

Pero sobre todo, que te agrada lo que estas conociendo, porque estas empezando a ser tu, libremente tu!

Hoy me encuentro en ese desucubrimiento y me siento bien, dejando pesos atrás, caminando más libre y con traquilidad.

miércoles, 17 de abril de 2013

Mejor que un cuento de Princesas


Muchas de nosotras, las Féminas (Féminas como solía decir la maestra de Semiótica) crecemos con la idea de algún día conocer a nuestro “Príncipe Azul”.

Idea que nos ha sido infundada gracias a toda la gama de  películas de princesas de Disney.
Pero como quiera que sea, creo que finalmente se está escribiendo  mi cuento de princesas.
Creo que ya he platicado de lo mucho que quiero a mi novio y lo feliz que me siento con mi príncipe azul, pero a qué se debe tanta felicidad si a veces parecemos dos gotas, una de agua y otra de aceite?

Lo conocí de la forma más extraña que se puede conocer a alguien, a veces, y solo a veces, de verdad creo que el destino hizo que nos encontráramos.

Yo estaba saliendo con una persona y solíamos ir con frecuencia a casa de su primo. Y fue ahí donde lo conocí.

Mi príncipe azul es el mejor amigo del primo del chico con el que salía, y en un par de ocasiones lo vi por alguna reunión a la que asistimos. Él se encontraba en una relación, una relación muuuuy larga de casi 8 años. Yo apenas llevaba un par de meses de salir con el chico en cuestión.

Hicimos un viaje con el primo y su novia, la hermana del primo, el chico, mi príncipe y yo. La ex novia del príncipe nos alcanzó un día por la tarde y solo estuvo la tarde y después se fue. Fuimos un fin de semana a Tepoztlán, y presiento que las cosas cambiaron ahí.

Para no hacer tan larga esta historia, tuve la oportunidad de conocer mejor a mi príncipe, platicar con él y la verdad me cayó muy bien. Aún pienso en lo mismo y según mi percepción fue solo caernos bien, mi príncipe dice que el notó algo raro a partir de esa fecha, yo creo que alucinó :D.

A raíz de eso, la comunicación con el se incrementó, las platicas por MSN se convirtieron en frecuentes y largas, lo cual comenzaba a agradarme mucho. Para este entonces, el chico en cuestión  y yo habíamos dejado de salir, pues al parecer el traía toda una historia sentimental que no había concluido y desconozco su final.

Como decía, mi príncipe y yo comenzamos a formar una estrecha relación, que por increíble que parezca, se convirtió en una muy bonita amistad. Amistad que los dos nos hemos propuesto continuar pase lo que pase.
Y sin darnos cuenta, las cosas habían cambiado y entre los dos se despertó un sentimiento que iba más allá de la amistad. 

El terminó con su relación de muchos años, y terminó no porque yo haya tenido algo que ver, quizá si, quizá yo era la pieza necesaria para que las cosas terminaran finalmente, pues ya tenían mucho tiempo que en lugar de crecer juntos parecía que su único fin era el dañarse. Esas son muchas de las tantas preguntas para las que solo Dios y la vida tienen respuesta.

Pero como decía… así empezó, el sueño de conocer al príncipe azul se hizo realidad. Comenzamos a salir sin compromiso, simplemente por el hecho de salir y disfrutar el pasarla bien. Platicar por horas, literalmente horas que parecían segundos, empezar a conocernos así tal cual somos, sin esa máscara que solemos fabricar cuando estamos conociendo a alguien y tenemos en esa persona un interés.

Así pasamos días, hasta que llegó nuestro primer beso! Casi un mes después de salir, finalmente sucedió! Y aunque él diga que fui yo quien lo besó primero, ambos lo deseábamos y cuando deseas algo con todo tu corazón, el universo conspira para que tu deseo se vuelva realidad.

La relación empezó, todo a su tiempo, todo en el tiempo que tenía que ser, fue un comienzo perfecto, sin prisas, paso a paso. Seis meses después me pidió que fuera su novia. Son recuerdos que jamás podrás borrar, jamás olvidaré que esa noche estaba segura que terminaría todo, pues me llevó a cenar con una cara tan seria y diciendo que tenía algo importante que decir y que quizá las cosas no volverían a ser igual…

Fuimos a cenar a Non solo pasta, mi lugar favorito por lo delicioso de las pastas y después por ser la antesala de una historia que cada vez más estrecha y apasionada.

Me dijo: “Quieres pedir algo de tomar?, quizá un vino?. Y no olvidaré que le respondí: Tan grave es lo que me vas a decir que necesito tomar algo para que no me caiga de sopetón lo que me vas a decir?

Pedimos el vino de la casa, un vino africano delicioso. Y así sin más me dijo que me quería mucho y sabía lo importante que esto era para mí. Que pese a que el no cree en las etiquetas sino en lo que se da y se demuestra, me quería pedir formalmente que fuera su novia! SU NOVIA, que bonito se escuchaba y como de cuento de hadas y de la nada, apareció un ramo de rosas hermosas, las rosas más hermosas que hasta entonces hayan visto mis ojos.

Y si, en ese momento me enamoré más!

Hoy llevamos juntos 795 días, que se traducen en dos años dos meses y 7 días. Y hoy me siento feliz, soy feliz a su lado.

Tampoco diré que todo ha sido miel sobre hojuelas, porque ni en las telenovelas sucede eso. Hemos tenido buenos y malos momentos, tan malos que por un momento pasó por nuestras cabezas dar por finiquitada la transacción.

Y pese a ello, seguimos juntos, aprendiendo cada día el uno del otro, aprendiendo a conocernos cada vez mejor, aprendiendo a crecer y a construir en pareja.

Hemos pasado por lágrimas, tristezas, angustias, alegrías, aventuras, tantas cosas…
Y me siento muy afortunada de saber que estoy junto a un gran hombre y sé que soy una gran mujer para él.

Y no sé si esta historia llegue a final feliz, es más desearía que no pues así no tendría que llegar a final. Pero si el día de mañana la vida nos lleva a tomar caminos distintos, me sentiré satisfecha por dejarme amar, amar tanto y con toda el alma. Me sentiré contenta conmigo misma de haberme dado la oportunidad de intentarlo, de aprender a conocerme a mí misma en pareja.

Me sentiré feliz por haber dicho y por qué no?

Hoy me siento dichosa, amada, feliz. Feliz porque tengo con quien compartir lo malo y lo bueno de la vida, las aventuras, las tristezas, los fracasos y los éxitos. Me siento completa en toda la extensión de la palabra.

Hoy se que no estoy enamorada, siento amor por alguien que siente amor por mí, un amor que es mejor y va mas allá de cualquier lindo cuento de princesas. Simplemente es real!

Sobre la Vida

La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es dulzura, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es compromiso, cúmplelo.
La vida es un juego, disfrútalo.
La vida es costosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es un misterio, devélalo.
La vida es una promesa, lógrala.
La vida es tristeza, sopórtala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, enfréntala.
La vida es preciosa, jamás la destruyas.
Porque la vida es la vida, vívela.

Madre Teresa de Calcuta

"Carta para Claudia"

Una gran enseñanza

"Carta para Claudia"

Ates de morir, hija mía, quisiera estar seguro de haberte enseñado...

A disfrutar del amor,
a confiar en tu fuerza,
a enfrentar tus miedos.
a entusiasmarte con la vida,
a pedir ayuda cuando la necesites,
a permitir que te consuelen cuando sufras,
a tomar tus propias decisiones,
a hacer vales tus elecciones,
a ser amiga de ti misma,
a no tenerle miedo al ridículo,
a darte cuenta de que mereces ser querida,
a hablar a los demás amorosamente,
a decir o callar según tu conveniencia,
a quedarte con el crédito por tus logros,
a amar y cuidar la pequeña niña dentro de ti,
a superar la adicción a la aprobación de los demás,
a no absorber las responsabilidades de todos,
a ser consciente de tus sentimientos y actuar en consecuencia,
a no perseguir el aplauso sino tu satisfacción con lo hecho,
a dar porque quieres, nunca porque creas que es tu obligación,
a exigir que se te pague adecuadamente por tu trabajo,
a aceptar tus limitaciones y tu vulnerabilidad sin enojo, a no imponer tu criterio ni
permitir que te impongan el de otros,
a decir que sí sólo cuando quieras y decir que no sin culpa,
a vivir en el presente y no tener expectativas,
a tomas más riesgos,
a aceptar el cambio y revisar tus creencias,
a trabajar para sanar tus heridas viejas y actuales,
a tratar y exigir ser tratada con respeto,
a llenar primero tu copa y, sólo despúes, la de los demás,
a planear para el futuro pero no vivir en él,
a valorar tu intuición,
a celebrar las diferencias entre los sexos,
a desarrollar relaciones sanas y de apoyo mutuo,
a hacer de la comprensión y el perdón tus prioridades,
a aceptarte así como eres,
a no mirar atrás para ver quién te sigue,
a crecer aprendiendo de los desencuentros y de los fracasos,
a permitirte reír a carcajadas por la calle sin ninguna razón,
a no idolatrar a nadie, y a mí...menos que a nadie.

Jorge Bucay