jueves, 30 de agosto de 2012

Quien lo diría

¿Cuántas veces hemos dicho, no me vuelvo a enamorar, mi corazón está roto y ya no podré amar?

Así lo pensé hace casi 2 años, no me volvería a enamorar.

Enamorarse es parte de la vida, de crecer. La manera en que nos enamoramos y aprendemos a querer, es lo que realmente importa.

Es muy cierto cuando la gente dice no volveré a querer igual y es tan cierto porque a quienes llegamos a querer no serán los mismos, son diferentes personas, diferentes corazones.

Hace casi 2 años juré que moriría de depresión porque había perdido al “amor de mi vida”. Lo que perdí fue un cariño inmaduro, aventurado pero que hoy me doy cuenta que no era amor.

“Quedarse en lo conocido por miedo a lo desconocido, equivale a mantenerse con vida pero no vivir”

Cada persona que conocemos y que comparte un poco de tiempo con nosotros, nos deja algo, sea bueno o malo, siempre nos dejan algo.

Mi “perdido amor” me dejó mucho aprendizaje, por increíble que parezca.

¿Qué si estoy enamorada?

Si, hoy me siento enamorada y más allá del enamoramiento se que quiero mucho a esa personita, piecito de panda que entró en mi vida hace año y medio.

El amor que siento por él es un amor más maduro, no arrebatado. Es un amor consiente y sobre todo es un amor que he estado aprendiendo dar por que me nace darlo, no porque tenga que hacerlo.

Lo amo de una forma pura, sin máscaras. Lo amo porque me ha enseñado que el amor es compartir, sin esperar nada a cambio. Pero lo más importante, amar es disfrutar, vivir cada día sin preocuparnos por lo que pueda pasar mañana.

Hoy se que te amo por la persona que eres, así sin más.

Y lo que pase mañana, ya solo Dios lo dirá.

No hay comentarios: